Me llegará lentamente, y me hallara distraído
Probablemente dormido, sobre un colchón de laureles
Se instalara en el espejo, inevitable y serena
Y empezara su faena, por los primeros bosquejos
Con unas hebras de plata, me pintara los cabellos
Y alguna línea en el cuello, que tapara la corbata
Aumentara mi codicia, mis mañas y mis antojos
Y me dará un par de anteojos, para sufrir las noticias
La vejez, esta a la vuelta de cualquier esquina,
Ahí donde uno, menos se imagina
Se nos presenta, por primera vez
La vejez, es la más dura de las dictaduras
La grave ceremonia de clausura
De lo que fue la juventud, alguna vez
Con admirable destrezas, como el mejor artesano,
Le irá quitando a mis manos, toda su antigua firmeza
Y asesorando al galeno, me hará prohibir el cigarro
Porque dirán, que el catarro, viene ganando terreno
Me inventara un par de excusas,
Para menguar la impotencia,
Que vale más la experiencia,
Que pretensiones ilusas
Y llegar la bufanda, las zapatillas de paño
Y el reuma que año tras año, aumentara su demanda
La vejez, es la antesala de lo inevitable
El ultimo camino transitable
Ante la duda, que vendrá después
La vejez, es todo el equipaje de una vida
Dispuesto ante la puerta de salida
Por la que no se puede ya, volver
A lo mejor más que viejo, seré un anciano honorable
Tranquilo y lo más probable, gran decidor de consejos
Por celosa, me apartar de la gente, y cortara lentamente,
Mis pobres, últimas rosas,
(La vejez, esta a la vuelta de cualquier esquina,
Ahí donde uno, menos se imagina
Se nos presenta, por primera vez)
La vejez, es la más dura de las dictaduras
La grave ceremonia de clausura
Alberto Cortez, letra e música, compositor argentino.
Imagem surrealista: Suzana y los viejos de Otávio Ocampo.