Dejo de lado…
Dejo de lado a quien tú crees ver.
Y mi desnudez te ofrezco.
Quiero que las palmas de tus manos sientan mi corazón.
Y que tus ojos penetren mi mirada.
Descubre ante todo al hombre.
Sin la necesidad de ver mi desnudez.
Imagíname abrazado a ti regado por tus preciosa lagrimas.
Y tus manos acariciando mi espalda cansada de transportar nada.
Y mis piernas rígidas sosteniendo tu cuerpo también desnudo en mis brazos.
Siente el perfume de mi piel al apoyar tu cara en mi pecho.
Aférrate fuerte que cruzaremos las fronteras de las distancias.
Eres tú, con tu alma vibrando al mismo ritmo que la mía.
Somos dos náufragos del océano mas colmado de soledades.
Que se hallaron sin buscarse.
Y que hoy dejan de lado lo que los introdujo en ese océano.
Que fue ver al ser desde la más triste manera.
Que es ver lo exterior…
Sin ver lo que hoy tanto los une que es su alma.
Dejo de lado el personaje, al poeta y al hombre.
Soy quien tu tanto anhelas y yo tanto espero.
Extiende tu mano aun desde lo lejano.
Que ya te siento instalada de por vida en mi corazón.
Amada mujer…